jueves, 16 de octubre de 2014

¿Qué son los estilos de aprendizaje?


Por muchos años, la escuela se ha enfrentado al reto de ofrecer una educación digna y de calidad para a las personas en edad escolar; se han buscado reformas curriculares a los planes de estudio, estrategias por medio de las cuales los dicentes adquieran competencias útiles no sólo dentro de un aula o ambiente escolar, sino que estos conocimientos, habilidades y actitudes sean transferibles a la vida cotidiana.



Este interés ha logrado consolidar grandes corrientes pedagógicas y modelos de aprendizaje en busca de esa tan deseada calidad educativa, entre las cuales destacan: el Modelo de los Cuadrantes Cerebrales de Herrmann, Modelo de Kolb, Modelos de los Hemisferios Cerebrales, Modelo de las Inteligencias Múltiples de Gardner y el Modelo VAK, que tiene sus bases en la PNL (Programación Neuro-Lingüística) de Bandler y Grinder, éste último siendo uno de los más viables para su desarrollo y promoción en el aula.

El siguiente esquema muestra las características de los principales modelos pedagógicos.




A pesar de los grandes avances pedagógicos y de que el constructivismo a imperado en las propuestas y reformas educativas, la práctica dista mucho de serlo, pues el conductismo sigue siendo utilizado dentro del proceso educativo; es por eso que el desarrollo de este proyecto proporciona conocimientos, nociones y herramientas que acercaran un paso más a los docentes a una evolución de las prácticas de enseñanza dentro del aula.


VAK, MODELO DE BANDLER Y GRINDER

 El modelo VAK de  los Estilos de Aprendizaje, a diferencia de las otras clasificaciones de los estilos de aprendizaje tiene un mayor respaldo en la educación básica, ya que las otras teorías están más enfocadas al ámbito empresarial y laboral como el modelo CHAEA  y los Hemisferios Cerebrales.

El modelo VAK, se basa en la idea de que aprendemos usando esquemas de representación específicos como el visual, auditivo y kinestésico, los cuales son los principales receptores en los seres humanos y por medio de los cuales aprendemos incluso desde antes de nuestro nacimiento; sin embargo, no todos aprendemos de la misma forma o la misma velocidad; cada uno de nosotros posee un estilo único de percibir, reconocer, procesar, comprender y comunicar la información.

En los estilos de aprendizaje, existen rasgos que pueden marcar la pauta o el sentido de individualidad para cada uno de nosotros, por ejemplo: los rasgos cognitivos, es decir la cantidad de conocimientos previos y nuestro acercamiento con el objeto de nuestro aprendizaje; afectivos, por el interés que tengamos de lo que deseamos aprender; y fisiológicos, como la forma en que percibimos, interactuamos y respondemos a los ambientes que rodean nuestro conocimiento a aprender.[1]


La forma que tenemos de enseñar como maestros, no toma en cuenta dicha individualidad, estamos tan encasillados en creer  que debemos de ser o tener una misma línea a la hora de enseñar, claro, nos ha funcionado en alguna ocasión, pero recordemos que no siempre tendremos el mismo grupo o contaremos con el mismo ambiente y personalidades dentro de nuestra aula. Las actividades, ejercicios, presentación de la información y exposición de la clase la hacemos de la mejor manera que podemos y de la cual pensamos que será más fácil de comprender por nuestros estudiantes, sin embargo, la forma en que ellos la perciben o reciben no siempre encaja con nuestro sistema.

Lo ideal sería presentar  la información, basándonos en los estilos predominantes o mejor aún, utilizando todos los esquemas, de esta manera garantizaremos que al terminar una lección, los niños podrán aplicar los conocimientos que adquirieron durante ella, pues su sistema de representación preferido  les facilitará su entendimiento.


Ahora bien, el primer paso es conocer los estilos de aprendizaje, lo siguiente es aprender a reconocerlos en nuestros estudiantes y finalmente dominar todos los sistemas para que ellos aprendan a utilizarlos también, si no de forma uniforme durante el proceso de enseñanza-aprendizaje, sí sin dejar de lado ninguno de ellos para que no se pierdan ningún evento importante durante la clase o contenido a aprender.


[1] Revista Estilos de Aprendizaje n°2, Vol. 2, Octubre del 2008. Pág. 2


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